Nos gusta planearlo todo por nuestra cuenta, pero Tailandia era confusa: precios diferentes en todas partes y no estábamos seguros de qué lugares eran verdaderos sitios locales o trampas para turistas. Les pedimos que revisaran nuestro itinerario antes de reservar nada. Nos dijeron exactamente cómo desplazarnos en BTS y ferry, qué mercados merecían realmente la pena y qué visitas ‘obligatorias’ eran puro marketing. Sólo eso nos ahorró tiempo y dinero. Y cuando nos perdimos el equipaje a la llegada y en el hotel no nos entendieron, intervinieron, llamaron en tailandés y lo solucionaron con calma. Para nosotros, ese fue el momento en que dijimos: vale, siempre viajaremos con este servicio”.”